Columna de los ingenieros Luis Andreu y Héctor Zúñiga, publicada por FIIC: “No hay mal que por bien no venga: cómo la pandemia fortaleció el uso y el aporte de la tecnología en la administración de contratos y peritajes”

Históricamente, las crisis derivadas de las pandemias han transformado el orden social, político y económico de manera profunda, acelerando aún más los tiempos del progreso tecnológico.

Como consecuencia directa de la pandemia del Covid-19, quiénes nos desempeñamos en el sector de la construcción nos hemos visto desafiados a ajustar las dinámicas en torno a la administración de contratos y peritajes en arbitrajes, habiendo tenido que adecuarlas a los nuevos modos de interacción social (hoy casi totalmente virtuales) a partir de un mayor y mejor uso de programas y herramientas digitales que actualmente apoyan nuestra labor.

Respecto de la administración de contratos, la crisis ha develado con éxito el aporte de la tecnología en tres de los principales objetivos que persigue la prestación de este servicio:

  • Minimizar riesgos: el trabajo remoto y la cultura del no contacto se ha implantado con fuerza en el mundo, por lo que las compañías están invirtiendo con fuerza en innovación y desarrollo digital. Además, se observa un incremento en el uso de más y mejores herramientas informáticas de software, así como el uso de tecnologías aplicadas e inteligencia artificial (IA).
  • Maximizar beneficios y construir en presupuesto, plazo y calidad: con el objetivo de ir más allá de los sistemas establecidos históricamente, la pandemia ha demostrado la efectividad de programas y herramientas como el Building Information Modeling (BIM) y LEAN Management, las simulaciones 4D y 5D, y los softwares de optimización de planificación y programación.
  • Resolución de disputas: si una buena administración de contratos se basa en aspectos como el registro de eventos y retrasos, así como la producción y el mantenimiento de la información del proyecto, son muchas las herramientas tecnológicas que hoy contribuyen a contratistas y desarrolladores. Entre ellas, destacan los softwares de control y gestión de cambios, control de documentación y project management. Así también la utilización de drones para la grabación del progreso en obra, el control de productividad y la vigilancia de la seguridad en el trabajo.

En resumen, esta pandemia ha significado (al menos para el sector de la construcción) cambios positivos en torno a la administración de contratos: aceleración en los sectores tecnológicos y productivos; mayor profesionalización de los contratistas, mandantes y consultores; mejor calidad en los entregables; mayor control del proceso constructivo, y disminución de riesgos.

Nueva realidad en materia de peritajes en arbitrajes

Los peritajes para arbitrajes internacionales también se adaptaron a este nuevo estándar de vida impuesto por el COVID-19, puesto que estos se han embarcado rápidamente en nuevas prácticas, introduciendo el uso de tecnologías, masificando las audiencias virtuales y el uso de la prueba digital. A su vez, este cambio obligó a modificar las reglas procesales, lo que implicó una rápida adaptación para todos los actores del proceso, entre ellos los peritos.

La incorporación de tecnología en los arbitrajes internacionales permite estar más conectados, y para el caso de los peritajes, supone una ventaja comparativa con la forma tradicional de realizar este trabajo. Ya no resulta necesario realizar largos viajes para reunirse con la parte representada para entender la problemática del caso, ni para realizar las audiencias de exposición de los resultados de la pericia. Hoy en día,todas estas diligencias se atienden a distancia, lo que también significa un cambio de paradigma en los peritajes.

En este nuevo ordenamiento, aquellos peritos que desde antes de la pandemia vienen adoptando nuevos métodos de trabajo, migrando desde estructuras organizacionales verticales hacia una más horizontal, impulsando el trabajo colaborativo (que además han integrado el uso de nuevas tecnologías, como las nubes digitales para el almacenamiento de información o plataformas de reuniones virtuales), son quiénes se han posicionado rápidamente como las alternativas mejor preparadas para afrontar esta nueva realidad.

Así también, el uso de la tecnología en los arbitrajes internacionales trajo consigo la obligación de mejorar el entendimiento entre los participantes del proceso, que para el caso de los peritos significa procesar cientos de gigas de información, analizar y entender la problemática, medir la expectativa y definir los métodos de análisis posibles de realizar. Superar este desafío ha sido posible gracias a un intenso trabajo colaborativo entre los actores del proceso, que permite dirigir los recursos sobre los aspectos técnicos más importantes del caso.

Por último, no debemos olvidar que el uso de métodos o estándares internacionalmente reconocidos para el análisis forense del atraso y cuantificación del daño ya no resulta ser una simple recomendación, sino un requerimiento mínimo en la elección del perito experto.

 

Para revisar la publicación original en el sitio de la Federación Interamericana de la Industria de la Construcción (FIIC), haga click aquí.